La motivación y el desarrollo personal, factores integradores.
Dos de los grandes retos a los que las organizaciones deben enfrentarse hoy son, en primer lugar, atraer y retener el talento, el capital intelectual. Esto es, contar con las personas mejor preparadas y que estas permanezcan en la empresa. Y en segundo lugar, conseguir el compromiso, la adhesión, la integración, la responsabilización de las personas que trabajan en la organización.
Para ello es imprescindible contar con un compromiso emocional de las personas. Y eso se consigue si la organización tiene un planteamiento de desarrollo integral de las mismas.
Las recetas y las acciones aisladas no son suficientes. Las organizaciones tienen que contar con un modelo de gestión y desarrollo de la organización integrador cuyo objetivo sea que los empleados se sientan orgullosos de pertenecer a la organización.
¿Cuáles son estos elementos integradores?
Hablamos de la organización como sistema. Y como tal, alcanzar estos retos es responsabilidad de la dirección y del sistema organizativo global.
Los factores clave para conseguir el compromiso, la implicación, la responsabilización y la motivación de los empleados son:
- tener un trabajo estimulante que permita poner en acción las competencias que cada persona posee y con el que se identifique.
- contar con un jefe que les estimule, les motive, les reconozca el trabajo bien hecho, que les anime y oriente.
- trabajar en una organización estimulante, a la que los empleados se sientan orgullosos de pertenecer porque se innova, desarrolla proyectos interesantes y con visión de futuro.
Otro gran factor integrador es que los empleados sepan que cuentan con la posibilidad de desarrollo personal, que puedan formarse y desarrollar las competencias necesarias para desempeñar con eficacia su trabajo y que sientan que la organización les ofrece una perspectiva de futuro y de desarrollo de su carrera profesional.
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