Cada vez son más las voces que señalan que se está produciendo un cambio de paradigmas de modelos mentales. No sabemos si lo nuevo será mejor o no, pero lo que sí podemos intuir es que la forma de gestionar, de vivir, de organizar el mundo… empieza a parecer viejo, obsoleto, no eficiente y no parece que ayude a generar felicidad.
Según la Wikipedia se puede definir al término paradigma como la forma de visualizar e interpretar los conceptos, esquemas o modelos del comportamiento que influyen en el desarrollo de la sociedad. El término también refleja las experiencias, creencias y valores que afectan la forma en que un individuo percibe la realidad y la forma en que responde a esa percepción.
Últimamente, por azares de la vida, he tenido la oportunidad de asistir a charlas dentro del ámbito de la Sanidad y he podido comprobar cómo se están empezando a integrar diferentes paradigmas y visiones en la medicina buscando trabajar de forma integral y holística sobre la persona. Se plantea combinar técnicas de medicina oriental y occidental para mejorar la forma de sanar a las personas. No sólo estamos formados por materia física, si no también por sistemas emocionales y energéticos, ampliamente testados desde diferentes disciplinas médicas. El equilibrio entre ellas hace que tengamos salud física, mental y emocional.
En Educación también tenemos ejemplos de la necesidad de un cambio de paradigmas. Las competencias que se requieren en la sociedad del futuro ya no son sólo conocimientos sino que además se requiere desarrollar habilidades propias de nuestra esencia: la creatividad, la faceta relacional, social e incluso la gestión emocional. En este sentido, recomiendo dedicar unos minutos a disfrutar con Ken Robinson y su propuesta de cambio de paradigma en educación. Una más de las joyitas que nos ofrece la plataforma TED.
Todo esto me lleva a reflexionar sobre… ¿y cuál es el cambio de paradigma necesario en el ámbito empresarial? Y sobre todo ¿cuál es el cambio de paradigma en la gestión de personas en las organizaciones? En mi opinión el cambio está en la propia concepción de las personas y de la visión que tengamos sobre los atributos de éstas para generar valor. Desde la Dirección de Personas no serán sólo necesarias políticas que desarrollen la faceta cognitiva y formativa, sino también otros aspectos los que se puede contribuir a la innovación, a la colaboración, a la creatividad, al alto desempeño, a un mayor grado implicación por parte de los empleados, etc.
Es ahí, en esas otras esferas de la persona en donde la futura Dirección de Personas debe aprender a manejarse. El cambio de paradigma está comenzando. Y la realización del máster en dirección de recursos humanos y desarrollo personal puede ser un muy bien comienzo para conocer aspectos actuales de este área empresarial pero también para ir incorporando nuevas tendencias que las empresas empiezan a demandar y que uno mismo, se puede ir demandando a sí mismo.
Celia Martín Sierra
Máster de dirección de recursos humanos y desarrollo personal
Módulo de sistemas de participación del empleado
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