Posiblemente muchos habéis oído hablar sobre las técnicas de simulación. Algunos tendréis experiencia en ello. Y a lo mejor hasta hay opiniones encontradas entre la audiencia.

Tal vez opiniones como “muy interesante, pero no le veo valor real”, “en mi empresa se hizo un proyecto de este tipo y tuvo mucho impacto positivo”, “conozco un poco la teoria, pero no sabria usarlo”, “si lo usan otros y me muestran resultados ya veremos…”.

Hay muchos tipos de simulación. Una bien conocida son los métodos de elementos finitos que se usan en ingeniería mecánica. Otros simuladores son para entrenar a astronautas. Estos dominios de aplicación no parecen presentar controversia entre el gran público.

En el dominio de las ciencias sociales son conocidos productos como NETLOGO (freeware multiplataforma), que usan el enfoque de modelado basado en agentes. Dentro del mundo académico hay mucha actividad en este campo.

Pero en este “post” me quería ocupar de las técnicas de modelado y simulación centrados en procesos (productos como ARENA, WITNESS y otros). El paradigma dominante sigue siendo el basado en eventos discretos. Aunque ya hay productos con enfoques híbridos que van tomando presencia, como Anylogic.

Simulación

Tales productos están muy maduros, y puede verse un buen nutrido repertorio de casos de uso (casos de modelado de tráfico en puertos o aeropuertos, supply chain, talleres, procesos industriales, etc).

Pues bien, llama la atención que las técnicas de modelado y simulación no sean moneda de uso corriente en la mayoría de las organizaciones.

Parece como si tuviéramos, como sociedad, la madurez técnica (esta disciplina se imparte en escuelas de ingeniería desde ya hace unos cuantos años, y hay una buena masa de ingenieros egresados que han estudiado estas técnicas), pero no la madurez cultural.

G. Eckes decía que la excelencia es el producto de las capacitaciones técnicas por las actitudinales. Puede que tengamos ahí la explicación. Es como si tuviéramos ya disponibles fuentes de energía con mejor calidad y precio, y con menos efectos colaterales, que el petróleo, pero siguiéramos por “momentum cultural” tirando de petróleo. Solo lo pongo como ejemplo de reflexión (lo del petróleo).

Todos sabemos que el modelado y simulación es un paquete de técnicas experimentales (virtuales) que encajan dentro del campo de la heurística. Es decir, son técnicas a las que necesitamos recurrir cuando no tenemos un modelo teórico que permita abordar un problema por su nivel de complejidad o por el esfuerzo computacional requerido. También porque, en ocasiones, no nos podemos permitir experimentar en el dominio real del problema.

A mi me gusta verlo como una parte del sistema 4 en la teoría de los sistemas viables, en adelante VSM. (cuerpo de doctrina en el campo del pensamiento sistémico).

El enfoque del VSM representa un avance a la hora de estudiar y comprender las organizaciones, y en general los sistemas complejos. Estamos acostumbrados a ver una organización a través de un organigrama. A veces es lo primero que te presentan cuando entras a trabajar en una empresa.

Este enfoque jerárquico ya no es competente para manejar la complejidad de las organizaciones actuales. VSM modela una organización a partir de su entorno (clientes, proveedores, banca, gobierno, redes sociales, opinión publica, ….).

Una organización es un sistema viable en la medida en que es capaz de sobrevivir a las perturbaciones previstas e incluso no previstas del entorno. Y en una primera instancia el modelo representa la organización como compuesta por un conjunto de unidades que llamamos OPERACIONES (típicamente el taller, líneas de producción, en una planta de una industria manufacturera…), y otro componente que es el meta-sistema (management).

Una de las funciones del meta-sistema es el sistema 4, conocido como la inteligencia (que proporciona las capacidades adaptativas a los cambios del entorno).

Pero, ¿es que el taller NO tiene inteligencia (sistema 4)? Ahí entra en juego el poderoso instrumento de la recursividad. El taller es a su vez un sistema viable, cuyo entorno es la empresa (o una delegación).

Simulación

Volviendo a lo que nos importa; el modelado-simulación lo podemos ver como un artefacto mas del sistema 4, al igual que el marketing, el análisis de reclamaciones de clientes, actividades de business analytics…).

Pero fijémonos en que muchas actividades del sistema 4 como las mencionadas se refieren al pasado (y presente).

El modelado y simulación nos permiten experimentar la forma de introducir cambios adaptativos en la organización en base a what-if scenarios para explorar lo que ocurriría frente a perturbaciones de diversa naturaleza.

Como vemos, se trata de un mecanismo para orientar la gestión del cambio tanto en sentido morfoestático (cambios que mantienen intactos los componentes del sistema, como un redimensionado de plantillas, de activos…) como en sentido morfogenético (cambios que alteran la estructura de la organización, como un nuevo taller en otra localización, el cierre de un almacén, etc).

Dicho esto, regreso a mi pregunta:

¿Pensáis que el uso de estas técnicas es el adecuado a sus estado de madurez?.