La crisis iniciada en 2008 puede ser calificada ya como la de más calado desde la de 1929. Estamos pues, ante unas circunstancias de emergencia financiera y social que afectan sobre todo a Unión Europea, hasta tal punto que en algún momento la vida del euro ha llegado a estar en entredicho.
Es precisamente cuando acaecen este tipo de situaciones, que por muy cíclicas que sean parecen sorprender a propios y extraños, cuando la contabilidad de las empresas cobra un protagonismo especial.
La contabilidad, que por definición es un sistema de información, cobra en este escenario de dificultad económica una posición aún más relevante, si cabe. Esto, motivado por una avidez informativa, se corresponde con una actitud lógica derivada de la incertidumbre.
Nos encontramos, por consiguiente, ante una época en la que la contabilidad tiene un papel de máxima relevancia, o por decirlo de otra forma, es objeto de numerosas miradas. Podemos afirmar, que los usuarios de la contabilidad son los mismos siempre, tanto en una situación económica de bonanza como en otra de crisis, pero su interés es diferente.
¿Es ahora cuando debe ponerse a prueba la información suministrada por la contabilidad? La respuesta es sí, ya que el modelo contable en cuyo seno ha aparecido el Plan General de Contabilidad de 2007 nunca se había visto inmerso en unas circunstancias como las actuales. Es ahora cuando el paradigma utilitarista de la contabilidad debe demostrar su razón de ser.
El espectacular crecimiento de las situaciones de concurso de acreedores, en los que las cuentas anuales juegan un papel de máxima relevancia, es sólo uno de los motivos del auge en el protagonismo de la contabilidad. La necesidad de poder evaluar de una forma fiable la solvencia de las empresas cobra un importancia singular, ya que la medición del riesgo ha de ser lo más exacta posible. Conocer de forma lo más precisa posible la situación económica y financiera de los clientes y proveedores de la empresa es, para esta última, más necesario que nunca.
No es menos cierto que es en este escenario de crisis cuando la propensión a manipular las cuentas anuales de las empresas crece; aunque esto dependa de países y sectores de actividad.
En cualquier caso, el papel esencial de la contabilidad en la actividad mercantil es, si cabe, en las épocas de depresión económica más determinante que nunca.
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