Acabo de terminar de ver el primer capítulo del docu-reality Código emprende y estoy gratamente sorprendida. Sorprendida por el rigor, el mensaje positivo y la cantidad de conocimiento útil para un emprendedor encapsulado en una hora.
De los seis candidatos a conseguir un premio de 100.000 €, cuatro son proyectos tecnológicos: palbin.com, 24symbols, La real fábrica española y Opendomo, proyectos todos ellos interesantes desde el punto de vista práctico y académico, para estudiar su evolución con detenimiento.
En menos de una hora los emprendedores avispados ya habrán tomado nota de la importancia del ‘elevator pitch‘ – no es tan fácil como parece -, así como de tener clara la propuesta de valor, el problema que resuelves, la segmentación de clientes y los objetivos a largo plazo (los tan manidos misión, visión y valores).
La valoración del jurado de las debilidades y fortalezas de cada proyecto me ha parecido muy acertada. Espero con interés ver como evolucionan los emprendedores y como aplican los consejos que les han proporcionado.
Me gusta también el formato ágil, iterativo, de alcanzar pequeños resultados medibles en tan solo en una semana. Poder mejorar, chequear los resultados y pivotar si es necesario para conseguir adaptarse y conseguir resultados en menos tiempo (o fallar rápido y que el batacazo no duela tanto) es algo a lo que generalmente no estamos acostumbrados.
Espero que los emprendedores que participan en Código emprende nos demuestren a todo que con trabajo, ilusión, formación y una pequeña ayuda en forma de tutorización se pueden lanzar grandes proyectos y conseguir los objetivos marcados. Este es el espíritu del Master en Digital Business de la Escuela de Negocios y la constancia, el esfuerzo y el afán de superación, los valores que transmite Código emprede y que son compartidos por todo el equipo docente.
En resumen, de momento me parece una visión realista del mundo emprendedor currante, bastante alejado del tufillo ‘emprendedor cool’ que me esperaba. No me gustan los realities, pero este definitivamente me ha enganchado.
Nota: a estas horas la web de La real fábrica española está caída. Otro fallo común del emprendedor digital, no dimensionar correctamente los sistemas para soportar los picos de tráfico 😉
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