Borja Briso-Montiano

Hoy contamos con una firma especial para el blog. Se trata de Borja Briso-Montiano, antiguo alumno de la Escuela de Negocios. Borja se especializó con el Executive Master en Lean Manufacturing de la Escuela y actualmente reside en Japón. Te invitamos a conocer la metolodía LEAN aplicada al mundo empresarial de la mano de Borja y sus vivencias en el país nipón.

«En mis andaduras por Japón he experimentado multitud de situaciones en el día a día nipón que hacen reflexionar sobre lo diferentes que son estos isleños del resto del mundo que los rodea. Analizando sus comportamientos y su sociedad, no es difícil llegar a entender por qué una metodología como el LEAN es idónea para esta sociedad.
Pero ¿cómo trasladar esto al ámbito empresarial occidental? ¿Qué tipo de personas y medidas son necesarias para crear una cultura corporativa que favorezca el desarrollo del LEAN? Comencemos:

¿Cómo son los japoneses?

No hace falta mucho tiempo de convivencia con un japonés para sentirse asombrado por su forma natural de comportarse. No se puede generalizar, pero en el tiempo que llevo aquí, sorprendentemente ninguna de las personas que he conocido se salen del siguiente perfil:

Respeto por las personas: Es la máxima de todas las normas de comportamiento japonés: actuar de forma que nunca se incomode a los demás. Desde respetar el espacio personal (reverencias en lugar de contacto físico), pasando por sus exquisitos modales, hasta su lenguaje, todo pasa por reducir cualquier posible conducta que pueda ofender a la otra persona.
Y para muestra, un botón: ¿sabías que sus estructuras gramaticales para pedir permiso y hacer una petición son de la siguiente forma?

¿Puedo…? = ¿Está bien si hago …?
Tienes que… = No va a ir bien si no haces…

En Japón está incluso bien visto hasta mentir con el propósito de agradar a la otra persona y por ello, para los occidentales es un reto distinguir cuando realmente quieren decir que no.

– Respeto por las normas: La sociedad japonesa está educada en base a unas normas cívicas que todos respetan. Cosas tan simples como la recogida de basura (organizada por días, sólo se puede sacar la basura del día que corresponda a la calle), la prohibición de hablar por móvil en el metro que llevan hasta el extremo de no hablar, y la absoluta limpieza que existe a pesar de la inexistencia de papeleras, ya que se espera que cualquier residuo que generes lo deseches en casa, son una pequeña muestra de lo cívicos que son los japoneses.
Es por ello fácil entender por qué instrumentos como la estandarización funcionan tan bien en este país, ya que son normas que todos siguen.

– Respeto por la propiedad: Japón es uno de los países con menor índice de criminalidad y la seguridad se siente paseando por la calle. Como expliqué en una de mis publicaciones, durante las clases de japonés y a la hora de explicarnos el verbo “recoger”, nuestra profesora nos explicó que en Japón todo el mundo entregaría a la policía una cartera perdida, por supuesto con todo el dinero, ya que no tiene cabida el adueñarse de algo que no es propio.

– Curiosidad por lo nuevo: Los japoneses se apasionan cada vez que ven algo que no conocían, ya sea una tecnología nueva, conocer extranjeros y sus culturas o incluso un juguete que emita luz y sonido que no hubiesen visto antes. De ahí que decidiese nombrar a mi blog La curiosidad mató al japo irónicamente. No son desconfiados y cualquier novedad siempre les llamará la atención. No se oponen al cambio, lo cual es realmente útil a la hora de implementar nuevas medidas.

– Tranquilidad y calma: Recientemente un japonés me explicaba que antes de cada clase, en el colegio, los profesores les mandaban realizar un ejercicio de silencio durante 30 segundos. Durante ese tiempo, todos debían permanecer callados y con los ojos cerrados para concentrarse y empezar de forma productiva la lección. El propio japonés me explicaba que tras este ejercicio, las ganas de hablar con el compañero o no estar centrado desaparecían.  Prácticas como ésta educan a los japoneses a actuar como personas eficientes y a tener gran capacidad de concentración en sus tareas.

No quiero decir con ello que la sociedad japonesa sea la mejor del mundo, pero sí que hay mucho de lo que se puede aprender y llevar a nuestro continente, pero ¿cómo?

¿Cómo conseguir trasladar este modelo a mi empresa?

– Búsqueda de los candidatos más adecuados: Las altas cualificaciones de las personas no son el único indicativo de que dicho candidato sea apto o no para un puesto de trabajo. Lo más importante para aplicar esta filosofía es encontrar a la persona que, con los conocimientos suficientes, se guíe por los 5 puntos de conducta anteriores. Por ello es importante contar con procesos de selección que exploren estas conductas, así como no caer en el error de cometer el octavo desperdicio, desaprovechando el Talento.

– Formación de equipos multidisciplinares e internacionales: Las ideas más creativas vienen cuándo se juntan personas con los puntos de vista más diferentes posibles. Personas con la misma forma de pensar sacarán siempre las mismas ideas, mientras que contar con personas de otras disciplinas o países enriquecerá los Brainstormings enormemente. ¿Existen rotaciones en tu empresa? ¿Hay un número considerable de extranjeros en ella?

– Fomentar la generación de ideas e implantación de medidas: No sólo hay que tener una fuente de ideas, sino que hay que premiar su creación y puesta en marcha. Establecer objetivos en torno a este punto hará que las personas se sientan escuchadas y capaces de llevar a cabo sus propias ideas.

– Afrontar con conocimiento los conflictos que surjan: La máxima de los japoneses, el respeto por los demás, es primordial. Es habitual que existan conflictos entre diferentes departamentos y saber resolver estos conflictos ayudará a que el clima laboral sea mejor y la persona prime sobre todo lo demás.

– Apostar por las personas y ofrecer oportunidades de desarrollo y formación en el extranjero: Uno de mis tándem me comentaba que siendo profesor de inglés no se sentía a gusto, ya que su nivel no era excesivamente alto y sentía que no estaba enseñando de la mejor forma. Al hablarlo con su colegio, le ofrecieron la oportunidad de pasar un año en Canadá con clases de inglés, manteniendo su salario durante su estancia y su puesto de trabajo a la vuelta, para mejorar su nivel. Motivaciones como esta hacen que las personas se sientan queridas y en un compromiso con la empresa. Motivadas y más desarrolladas, su vuelta es segura.

Siguiendo estas bases, se estará más cerca de conseguir introducir en la empresa la esencia de la metodología LEAN que supone sin duda un paso para estar más cerca del éxito personal y empresarial. Bajo mi experiencia, animo a las empresas españolas a que se sirvan de este método. Ello redundará en un perfeccionamiento de sus procesos y, en definitiva, en la mejora continua de cada uno de sus empleados

Borja Briso-Montiano, estudiante del Executive Master en Lean Manufacturing de la Escuela de Negocios y Blogger de “La curiosidad mató al japo”.